Cuando digo “te quiero” no espero algo a cambio, ni acciones, ni palabras,
ni silencios. Esperar es de humanos y yo hace tiempo dejé de ser una de ellos.
Aún ando inventando una biografía que no se lea cursi y la verdad, para
qué me engaño, debo admitir que soy apasionada, un poco intensa, bastante loca
y que no conozco otra forma de querer que no sea con todo y hasta con lo que
nos falta y, pues, tampoco tengo intención de conocerla.
Me estorba la gente con prejuicios, que si eres alto, bajo, gordo,
flaco, negro, blanco, verde, o gris. ¿Qué? si eres. ¿Qué? si no eres.
Fui hecha para amar la música de Nacho y los poemas de Sabines. Puedo
definirme con una canción de Filio, bailar sin títulos y a veces, sin pies y sin
melodías.
Vine con una sola instrucción: “Esta mujer no acepta medias tintas, se
quiere o se deja”. Usted elige.
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