lunes, 27 de febrero de 2012

De la noche al día: el tránsito por el valle

Caí al valle, y para cuando me incorporé ya había anochecido. Redundando en preguntas a mí mismo encontré un sendero, de aquellos estrechos y que parecen no llevarte a ningún lugar. Caminé por horas y me encontré con la serenidad, esa que solo te visita de vez en cuando. Tenía miles de dudas que quería que me contestara, pero tras varios minutos de acompañarme en absoluto silencio me dijo que su aparición sería corta, que había más gente en el sendero a quien también debía ayudar; y así, sin más, desapareció, dejándome ante los primeros rayos del alba y el olor de la tierra al amanecer.



La luz del nuevo día descubrió una sombra que caminaba a  mi lado, se presentó a si misma como Incertidumbre, curioso nombre pensé. Me dijo que siempre estaba allí a esa hora del día, que muchos le temen porque no la conocen y se siente inmensa, pero que generalmente gusta de dar sorpresas agradables. Conversamos durante algunos kilómetros, y cuando ya la sentía cálida me dijo que tenía otra cita con alguien que venía tras de mí. Pero, ¿cuántos recorren este camino tan tortuoso y desolado?, pregunté. Te sorprenderías de lo transitado que es en realidad, me respondió con una sonrisa mientras se despedía desde una gran roca en la que se sentó a esperar.

Un poco más adelante encontré varias personas, caminaban solas a pesar de estar todas juntas. Nadie se da cuenta que recorre este mismo camino con otros cientos de personas, creen ser las únicas pero no es así, me dijo sorpresivamente un hombre que decía llamarse Esperanza. ¡Pero ese es un nombre de mujer!, le dije. La esperanza es para todos, sin distingo de ningún tipo, me respondió serenamente. Una vez más, caminamos durante un par de horas mientras el sendero se iba haciendo cada vez más ancho y fácil de transitar. De aquí en adelante irás tu solo, me dijo de pronto Esperanza, estábamos frente a una bifurcación con docenas de nombres, todos los caminos prometían un paseo agradable. ¿Cuál debo tomar?, le pregunté. El que sea, me respondió, algunas te traerán de vuelta al valle para iniciar de nuevo el camino, pero cada uno será una aventura diferente de la que aprenderás para no equivocarte nuevamente.

Entonces escogí el sendero del occidente, me despedí del valle a lo lejos, no sabía si regresaría; pero si lo hacía, al menos ya conocía el camino y había hecho algunos amigos en el trayecto...

2 comentarios:

  1. Me ha encantado, como siempre te luces al expresar esos sentimientos que todos sentimos alguna vez.

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  2. Genial visión del camino que todos recorremos después de una ruptura amorosa (o al menos así lo interpreté yo). Mira que abrí una cuenta acá solo para comentarte jeje

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