domingo, 17 de junio de 2012

Mi Vacío de El

Ella estaba convencida que sentía tan terriblemente la ausencia de él, por el simple hecho de extrañarlo, estaba convencida que tantas horas de llanto eran el simple reflejo del dolor de extrañar, pero no; no es simple dolor de extrañar, es el de dolor de extrañar y no ser correspondida. Ese miedo intenso de sentir, una vez más el vacío de estar horas frente al computador sin que él lo sepa siquiera, tal vez ni siquiera le importe.

Pero mientras ella está aquí muriéndose, se repite a si misma, él te ama, pero luego la gente, si la estúpida gente que le pregunta como sobrelleva su ausencia y así se da cuenta que la gente normal si extraña, se da cuenta que es normal querer hablar con él todos los días, se da cuenta que lo que quisiera es que él sienta un poco lo mismo.

Ella se pregunta cuando se volvió tan intensa (como él dice), se pregunta por que ella no le hace falta para que él disfrute; y se siente egoísta, piensa que debería dejarlo que disfrute, y se repite así misma de nuevo: él te ama, solo está ocupado. Luego mira por la ventana y no logra contener el llanto (otra vez), está sola, ella y su ventana, mientras se convence otra vez: él te ama, confía en él. 

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