sábado, 28 de abril de 2012

Me muerdo por hacerlo (sí, con D).


No te imaginas la cantidad de veces que he tenido que arrancar todos estos papeles buscando la forma exacta para decir que quiero “aprender eso”, que no sé cómo decir, pero que me muerdo por hacerlo (si con D). Tal vez este sea el papel cincuenta y nueve que deba volver a arrancar y tal vez esta sea la palabra mil doscientos que deba tachar, pero sigo buscando y en medio de esa búsqueda también pensando, tal vez de amarillo, tal vez con tacos o mejor con zapato bajo. No lo decido, si de cabello suelto, lacio, rizado o con una cola de caballo –como dicen por ahí-, la cuestión y el dilema se hacen aun más grandes cuando se trata de la forma: posiblemente con canciones, en una habitación solitaria, o en un lugar de esos a los que va la gente a hacer ese tipo de cosas; te mandaré una carta o un mensaje para encontrarnos y luego, simplemente sostendré tus manos, tus brazos, me subiré en tu dorso y daremos vueltas para finalmente terminar sollozando del cansancio y murmurándonos mutuamente sobre el frío que se siente en el lugar cuando no lo estamos haciendo.

No lo sé, no me decido, no doy, mejor me voy... pero y, ¿¿¿si tú también quieres hacerlo??? Te esforzarás un tantito y buscaremos hacerlo juntos. Probablemente será más fácil, nos sonrojaremos, tartatatatamudearemos, nos sudarán todas las extremidades, nos temblará la boca, pero será mejor si lo hacemos juntos. Listo, resuelto el dilema, te pido me digas el día y la hora de nuestro encuentro. ¡Ah! el lugar también es importante, por supuesto, así sabré que llevo puesto. Ese día nos encontraremos, beberemos algo, pero no, esta vez no intentes enseñarme a fumar, la última vez que alguien lo intentó sufrí un mareo que me trasladó a un auto del que no quería escapar, pero del que finalmente salí aún en contra de mi voluntad. Debo admitir que me sentí algo avergonzada, a los 24 ya debería conocer el arte del cigarrillo, como pretendo conocer ahora mismo este nuevo arte del que tantas veces me han hablado.

Como en todo, me llevará tiempo, muchas, miles y más veces para aprender, para encontrar. 

Pero, volviendo al tema, el día de nuestro encuentro deberás traer ese olor a perfume caro que tanto me gusta y tus lentes, no los olvides, no sería lo mismo sin ellos. Yo llevaré un poco de maquillaje por si se me ocurre quedarme contemplando la noche. Volviendo otra vez... ese día lo haremos juntos, por primera vez ¿está bien? tomarás mi mano, me conducirás a aquella habitación, desabrocharás mi chamarra, yo haré lo mismo con la tuya, me agarrarás de la cintura y yo solo seguiré y me dejaré llevar. Me verás a los ojos como gritando que lo quieres hacer y yo te abriré los míos como gritando que lo hagas, entenderemos al instante, tocarás cada pieza y yo te sentiré con los pies y con el cuerpo entero y entonces... entonces al fin te podré decir: 

"Bailemos, bailemos al ritmo de ese tango ahora mismo, que ningún ritmo me ha quedado grande y este no será la excepción. No vine de amarillo, me decidí por el negro, preferí los tacos y un moño, también traje música, Claudinette: adiós nonino, cite tango, balada para un loco, yo soy María de Buenos Aires, milonga de la anunciación, el Tango (Astor Piazzolla) y más.

Para empezar hagámoslo en esta habitación solitaria y cuando estemos completamente listos iremos a uno de esos lugares donde el tango se baila sin temor, para ir allá nos encontraremos por medio de un mensaje, siempre es más fácil y por supuesto, iniciaremos con el arte, bailaremos.

El frío siempre nos coge por sorpresa cuando llega la noche y no estamos bailando, mejor llevamos una chamarra para estar protegidos. Exacto, la misma que nos ayudaremos a desabrochar para empezar a practicar y como siempre, los nervios luego de haberlo aprendido, con la cara roja, las extremidades sudadas, la boca en el piso, el tartamudeo y los sollozos del cansancio, habrán valido la pena. Y por ahora, no cigarrillos no, aunque admito que nos vemos sexys intentando fumar mientras suena un tango de Gardel.


Si, si trae el perfume, yo el maquillaje y bailemos juntos". 

Y, entonces ¿qué pensaban? 



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