martes, 24 de abril de 2012

¡¡¡Cúbrete ya!!!



Creo que me empiezo a ilusionar de vos, de tu boca, de tus gestos, de tu locura irremediablemente atractiva. Creo que me empiezas a gustar y creo que yo empiezo a gustarte y luego creo que creeremos que nos estamos enamorando y entonces huiremos como un par de refugiados a los brazos de otros intentando parecer libres, algo buenos y bastante presumidos. 

Deliciosamente prohibido y poco sencillo, así eres y no, no vine a conocerte, ni siquiera pretendo hacerlo, no vine a quedarme y tampoco quiero que tú lo hagas. Vine a dejar que me lleves, que me revuelvas, que me sacudas, que me seduzcas con tu moral de hombre común, con tus manos traviesas y con esa voz que me atraviesa los pómulos y logra que me pierda. 

¡¡Maldita vida que nos pone lo prohibido en el camino y luego quiere, como si nada, que no nos guste!! 

Te escribo desde el fondo de mi falta de sentido común porque al tratarse de vos se va la razón, la cordura, el discernimiento, la reflexión, el juicio, la capacidad y solo soy yo con estas ganas locas de volver a olvidarme del mundo en tus brazos. 

Ven, solo bésame y rompe todo, como la primera, como la segunda, como la tercera y como las tantas otras veces que jugando en medio de tu lengua recorría el universo entero y me enteraba de las mil y una formas de entrar en el cuento de historia feliz y de final inexistente. 

Me tientas con dos o tres palabras y son cuatro los tanteos fallidos por alejarme, por alejarte. He tratado de evitarte y en la mayoría de los casos ni siquiera encuentro el pretexto exacto para engañarme a mí misma sobre la posibilidad poco concreta de que somos lo que estamos buscando, aun cuando no buscamos nada, pero aquí seguimos jugando a no querernos, a ser felices viviéndonos y es que es tal la poca certeza del pasado que tendremos juntos en un futuro que seguramente no prometerá nada más que un par de caricias escondidas bajo la falda de esta habitación.  

Sin embargo, ven, bésame otra vez y vuelve a romperlo todo, que si los huecos, los desperfectos y las enmiendas vienen de vos todo es sencillamente dulce. 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 500 veces más, ven, acábame, libérame y termina por apoderarte de cada uno de los rincones de mi piel, que luego seremos dos solitarios perturbados, extraños y distantes y tal vez camines por la calle uno que otro día y finjas no conocerme y yo finja no conocerte, pero el pensamiento obsesionado con la idea de un nosotros se entenderá con las piezas del destino que nos volverá a unir una y otra vez, inconforme con la falta de voluntad propia para estar juntos.

No te quiero y lo sabes, no me quieres y lo sé. No quiero que me quieras, no lo hagas, abstente y cúbrete de estos besos. Cúbrete ya. 

1 comentario:

  1. WAAAAAAAAAAAAAA DEMASIADO PROFUNDOOOOOOOOO CHIQUIIIII MUA

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