jueves, 1 de marzo de 2012

In memoriam

Hoy venía pensando en todos aquellos que me han dejado. Antes, después, ayer, hace años, no importa... En todas esas personas queridas que se fueron y que compartieron tanto y ahora simplemente no están. Que nos han dejado una vida de recuerdos para llenar ese vacío enorme que queda en el pecho quemándole a uno luego de su partida...

Pensaba que tal vez la vida como tal es solo un entrenamiento muy muy feo y doloroso para la muerte, no solo la propia sino la de todos aquellos que morirán antes tuyo. Y es que no soy nadie para cuestionar ni a Dios ni a ninguna de sus deidades el por qué de la muerte, pero no entiendo cuál es el castigo para sufrir algo tan duro... Es un ciclo horroroso, una espiral de muerte, donde celebramos la vida y luego nos despedimos y aferramos como nadie... Aún no entiendo por qué la vida como tal, en cierto punto, nos ata como una cadena con grilletes, a hermosas memorias de tiempos pasados. 


Vivir para ver partir a los amigos, a los abuelos, a los padres, hermanos... Que vivan para que te vean morir... No sé qué es peor porque no hay dolor que se compare con el cúmulo de momentos que pasaron y no volverán, que te aplastan el corazón con solo pronunciar un nombre, que te atormentan como el simple hecho de saber que estaban ahí y ahora se han ido...

Extrañas tanto... Extrañas demasiado y sientes que todas las lágrimas del mundo no son suficientes. Sueñas. Sueñas como si aún fuese posible devolverlos a tu lado en aquel universo de fantasía donde todo es posible... Y duele. Duele tanto saber que el recuerdo no se irá y que cada vez que regrese a tu memoria, te causará un nudo en la garganta y te remojará los ojos con las más agridulces lágrimas...


Tal vez les suene a locura y estupidez todo esto, tal vez no entiendan por qué alguien que tiene toda la vida por delante, puede llegar a pensar algo así... Son tontos dilemas del ser humano, sí, pero son simples ideas que se cruzan por la cabeza de cualquiera cuando tiene miedo de la muerte, cuando le aprende a tener respeto y a valorar la vida, no solo la propia, sino la de todos aquellos que forman parte de la tuya.

Valora la vida, aprecia a quien te tiene a su lado, atesora los momentos, vive soñando pero no te precipites a volar... Porque es más placentera una caminata cogidos de la mano, que una carrera de nunca acabar...



In memoriam... 


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