Instrucciones:
Lea la entrada con la melodía, simultáneamente.
Escribir no he
podido…y no es que no estés más aquí, pero desde ti y de esa partida, la vida se
ha encargado de restregarme a la cara que nada tiene tanto color y que tampoco
nada es tan gris.
Me enseñaste un andar
que fue más que cualquier camino, un andar que me llenó, que me movió, que me
consoló y me desafió.
− ¿Dónde estás?
− ¿Dónde está aquel
café?
No debería
preguntar, cada qué hago una pregunta son cien las respuestas que llegan
convertidas en sed de ti, y el encuentro con la sombra de tu ausencia es tal que
mi ser no termina de reconocerse en mis propias venas y solo ansía el olor de
tu sangre que oscura y suspicazmente se convirtió en mi adicción.
¡¡¡Extraño mundo!!!
Hay dos cosas que aún no logra entender mi corazón, la primera por qué
está en el lado izquierdo del pecho y no en los pies si suele tropezarse muy a
menudo; y, la segunda por qué sigo preguntando cosas cuando sé que no debo
hacerlo más.
Supongo que aprenderé a responder todo con los años y la tinta.
Mi hermano dice que serán 21 los días que me tomará acostumbrarme a
dejar de hablarte, de escribirte, de pensarte y yo trato de convencerme de que
apenas los días han pasado, que no son 21 aún, que estamos en el día “después
de” y que efectivamente él no se equivocara. Suele ser sabio y lee a Nietzsche,
¿qué posibilidades tiene de equivocarse? solo las que yo le puedo dar y pues
no, no estoy dispuesta a permitirle ese error.
¿Qué será de ti y de tu sonrisa, a la que le dedique mil poemas, aquella
con la que sentía que el universo entero me sonreía?
Disculpa mundo, vuelvo a las preguntas. Soy algo necia y testaruda.
Escribir no he
podido… y no es que no estés más
aquí, pero siento que mis letras se fueron contigo y de cierto modo las
entiendo, a quién le gusta quedarse con una mujer nostálgica que vive de los
recuerdos cortos. Están mejor contigo, prefiero pensarlo.
En estos días he abandonado un poco mi
vida y como una bendición encontré nuevos libros y una pasión, el violín.
Hace una semana terminé de leer “El Museo de la Inocencia” de Pamuk.
Debo contarte esa historia y la coincidencia algo extraña por la que llegó a
mis manos. Pamuk narra en primera persona sobre el amor trágico de Kemal, un
hombre turco y adinerado. Cada una de sus páginas huele a amor y a dolor. Amor
es dolor y dolor es amor. Es algo gracioso, de cierta forma me sentí
identificada, pero lo envidio porque en algún momento hubo un “nosotros” entre
él y Füsun, el mismo “nosotros” que nunca llegó en nuestro caso.
Cuando te conocí, desde que te conocí tembló mi ánimo.
Supuse un camino,
Inventé un futuro a través de tus ojos,
Me quebré, me hice al filo de tu costado,
Y caí.
¿Eres feliz? Si lo eres, todo habrá valido la pena y en adelante, todo
valdrá alegrías.
Vuelven las preguntas.
Son 21 días y si mañana sigues aquí, estando ausente, asumiré que el andar
se ha torcido y que el volver ya no será opción en mucho tiempo. Por hoy solo intento hacerme responsable de mi herida y al igual que Sabines, me receto
abstinencia y soledad. Semanas, meses, años, no lo sé. Tiempo es y al tiempo le
dejaré porque, tal como lo dijo el poeta, “esto es como estar saliendo de un
manicomio para entrar a un panteón”.
chiqui muaaaaaaaaaa eres una linda
ResponderEliminarYa.... no te conocía en esa faceta. Yo fui blogger entre el 2006 y el 2008, año en el que lamentablemente cerré mi blog por amenazas a mi integridad física por parte de gente que sí tenía la actitud (y los medios) para cumplir su promesa de partirme el alma....
ResponderEliminarJMR
Bukowski. Eso tienes que leer:
ResponderEliminarhttp://ddooss.org/articulos/entrevistas/Charles_Bukowski.htm
Bailarina, escritora maltrecha, pasando por una carrera de leyes y una calle desolada.. Pepe, ya te vi.
EliminarMe viste en donde me imagino que me viste (TV)? Yo quería pasar de incógnito....
EliminarEste perfil en blogger lo abrí recién, era para otro proyecto. Si es a eso a lo que te referías. Mi viejo perfil y mi vieja blog marcharon...
ResponderEliminarPor dónde andas? A qué te dedicas ahora?